El pequeño George, de cinco años, nació con una brillante marca roja de nacimiento en su frente, por lo que su mamá, de 33 años, temía que durara toda la vida, además de los crueles comentarios a los que se vería expuesto su hijo.
Así que fue sometido a un procedimiento quirúrgico para estirar la piel ‘normal’ en su frente y así la marca de nacimiento podría eliminarse y cubrirse con el nuevo crecimiento de piel.
Los médicos insertaron dos extensores de tejido bajo la piel, que gradualmente fueron inflados y que parecían dos enormes cuernos.
Tras cuatro meses los implantes fueron retirados y la mancha fue cortada, permitiendo que la piel nueva fuera cocida.
La orgullosa madre, Karen de Radstock, Somerset, Inglaterra dijo: “Cuando ví por primera vez los implantes en su lugar, me quedé muda”.
Ella dijo que parecían dos cuernos que salían de su frente. Afortunadamente todo salió bien y el niño sólo tuvo que soportar cuatros meses esa incomodidad de tener en su frente lo que parecían ser cuernos, finalmente su marca fue removida.
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